Al hablar de enfermedad inflamatoria intestinal se habla de una serie de enfermedades que, como el nombre indica, afectan al intestino en alguno de sus tramos, inflamándolo de manera crónica. Son las enfermedades inflamatorias intestinales crónicas (EIIC), de origen desconocido y con prevalencia en el mundo desarrollado.
Una inflamación es un proceso médico en el que una parte del cuerpo, por alguna causa, se llena de glóbulos blancos y otras células, que fabrican sustancias que producen hinchazón, calor, aumento de la congestión de la sangre y otros cambios. Por ejemplo, es lo que ocurre alrededor de una herida, que se pone roja, caliente y dolorosa. Muchas personas dicen "inflamación" cuando quieren decir "hinchazón", y no es lo mismo tener el abdomen hinchado (con gas) que inflamado (con una de estas enfermedades).
Concretamente, las enfermedades a las que normalmente nos referimos con el término enfermedad inflamatoria intestinal son dos: la enfermedad de Crohn y la colitis ulcerosa. Hay un tercer grupo de pacientes, que padecen una enfermedad que reúne características de las otras dos y que se llama colitis indeterminada.
La enfermedad de Crohn, la colitis ulcerosa y la colitis indeterminada se parecen porque son cuadros intestinales que cursan de manera crónica, no tienen tendencia a la curación y producen una inflamación generalmente recidivante (que aparece y desaparece) en parte del sistema digestivo de los pacientes. Sin embargo, entre ellas hay también grandes diferencias que veremos más adelante.
Estas patologías evolucionan en brotes de intensidad y duración variable. Son muy molestas y afectan a todo el individuo, incluido su carácter, pudiendo producir tanto problemas sociales como laborales. En las épocas de remisión que pueden durar largos periodos, el paciente puede llevar una vida totalmente normal.